Santiago el Mayor

Santiago el Mayor (?-c. 44 d.C.), uno de los doce apóstoles de Jesucristo. Nació en Betsaida y era hijo de Zebedeo y Salomé y hermano de san Juan Evangelista. Jesús llamó a los dos hermanos boanerges (del griego, ‘hijos del trueno’) por su celo (Mc. 3,17). Con san Pedro y san Juan, Santiago tuvo el privilegio de contemplar la transfiguración y la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní. Decapitado en los tiempos de Herodes Agripa I, rey de Judea, hacia el año 44, Santiago fue el primero de los doce apóstoles en ser martirizado (He. 12,1-2).

El apóstol Santiago el Mayor es venerado de forma especial en España, debido a diversas tradiciones que afirman que predicó en Hispania poco antes de su muerte, así como que se le apareció la Virgen María en el Pilar de Zaragoza y que recibió sepultura en la localidad gallega de Iria. Su sepulcro fue descubierto en el siglo IX, durante el reinado de Alfonso II el Casto de Asturias, por el obispo de Iria Flavia, Teodomiro. En el lugar donde fue hallada su tumba, se edificó la catedral de Santiago de Compostela, importante centro de peregrinación durante la edad media a través del Camino de Santiago. Ésta es la causa de que la representación más frecuente del apóstol sea como peregrino. Su festividad se celebra el 25 de julio y es el patrón de España, condición que adquirió en la edad media, durante la Reconquista, tras su supuesta aparición en la legendaria batalla de Clavijo, momento que ha generado la copiosa iconografía de Santiago matamoros, montado en un caballo blanco y empuñando enérgicamente una espada.

Camino de Santiago

1. INTRODUCCIÓN

Camino de Santiago, ruta de peregrinación surgida en la edad media conocida también como ‘ruta jacobea’. El objetivo del Camino era llegar hasta Santiago de Compostela , donde presuntamente se hallan los restos del apóstol Santiago el Mayor. Según un relato legendario, fue a comienzos del siglo IX cuando el obispo Teodomiro, de la diócesis de Iria Flavia (Padrón), descubrió los restos del apóstol. En el lugar del hallazgo, el monarca asturiano Alfonso II el Casto ordenó erigir una iglesia, origen de la actual catedral compostelana. La noticia se difundió rápidamente por toda la cristiandad y Santiago de Compostela se convirtió en objetivo fundamental de las peregrinaciones cristianas. Alfonso II de Asturias, que necesitaba de un elemento aglutinador para su reino, convirtió al apóstol en un símbolo del combate contra el islam, naciendo así la imagen de Santiago Matamoros, que se prodigó a lo largo de la ruta.

2. ALTA EDAD MEDIA

Durante el siglo X las condiciones para el desarrollo de la peregrinación compostelana fueron poco favorables, debido a la inseguridad del Camino y a la concentración de los afanes cristianos en la defensa frente al califato de Córdoba. Será a partir del siglo XI cuando se consolide plenamente esta ruta de peregrinación, coincidiendo con el crecimiento y la expansión económica que se producen en toda Europa. Alentó su desarrollo el monarca navarro Sancho III el Mayor (1004-1035), que obtenía importantes beneficios del paso de peregrinos por su reino, mientras que en las tierras castellano-leonesas fue Alfonso VI (1065-1109) su más firme defensor. También en la segunda mitad del siglo XI los mejores valedores del Camino fueron los monjes cluniacenses, que utilizaron la ruta como elemento de renovación eclesiástica y como vía de penetración de la reforma gregoriana.

La infraestructura viaria del Camino se asentaba sobre una vía de la época romana en la que se introdujeron pequeños cambios que consolidaron la ruta definitiva. Coincidiendo con la época de mayor esplendor de la ruta jacobea, surgieron a lo largo del Camino hospederías y hospitales donde se daba cobijo a los peregrinos. Igualmente, comenzaron a construirse puentes y a repararse caminos. A principios del siglo XII ya estaban fijados los itinerarios principales de la ruta compostelana como demuestra la primera guía del Camino que aparece en 1139 y que está incluida en el libro V del Códice Calixtino.

Desde Francia, las principales rutas pasaban por Somport y después por Jaca o bien por Roncesvalles y Pamplona. Las dos rutas se unificaban en Puente la Reina y desde aquí el Camino se dirigía a Estella, Logroño, Nájera y Santo Domingo de la Calzada en tierras riojanas; Burgos, Castrojeriz, Frómista, Carrión, Sahagún, León y Astorga en la Meseta del Duero; Ponferrada y Villafranca en el Bierzo; Cebrero, Portomarín, Triacastela y Palas del Rey en Galicia, para concluir en Santiago de Compostela.

Además de estos itinerarios principales, existían otras rutas secundarias que conducían a los peregrinos a diversos lugares de culto. Hasta el siglo XIII se desarrolló la etapa más brillante del Camino de Santiago, que fue testigo del paso de todo tipo de peregrinos, quienes procedentes de cualquier comarca cristiana de Europa acudían a Santiago movidos por diversos intereses, tanto religiosos como económicos.

Los peregrinos utilizaron tres elementos básicos que pronto se convirtieron en sus símbolos distintivos: el zurrón (morral), el bordón o bastón y la calabaza para almacenar vino. Fue también en el siglo XIII cuando se consagró la monumental catedral compostelana. A la ceremonia, que tuvo lugar en abril de 1211, asistió el rey Alfonso IX (1188-1230) bajo cuya soberanía estaba el territorio gallego.

3. SU IMPORTANCIA ECONÓMICA Y ARTÍSTICA

Pero el Camino de Santiago no fue sólo una vía de peregrinación religiosa. La ruta jacobea permitió la vinculación entre los reinos cristianos de la península Ibérica y los países europeos. Gracias a él llegaron a tierras hispanas numerosas corrientes de pensamiento, elementos literarios y artísticos, así como diferentes hábitos de comportamiento. La comunicación se dio también a la inversa y la Europa cristiana conoció por medio de la ruta el legado cultural hispano.

La ruta compostelana ejerció igualmente una gran influencia en la vida económica y social de los reinos cristianos de la península Ibérica. La animación del Camino alentó la llegada de diversos grupos de artesanos y mercaderes, fundamentalmente extranjeros, que terminaron asentándose con un carácter permanente en diferentes lugares de la ruta, dando lugar al nacimiento de diferentes núcleos urbanos o burgos. Estos extranjeros fueron denominados ‘francos’, aunque no siempre procedieran de Francia. Los habitantes de estos burgos recibieron importantes privilegios en los fueros de fundación de sus ciudades. La ruta jacobea fue así testigo del nacimiento de la burguesía, que protagonizó diversas revueltas antiseñoriales a lo largo del Camino.

Desde el punto de vista artístico, el Camino desempeñó un papel primordial. Gracias a esta ruta se generalizó en tierras hispánicas un arte de carácter internacional, el románico, que se recibió sobre todo en su versión francesa. El románico se materializó brillantemente en lugares como Jaca, Frómista, León y Santiago. De forma paralela, el románico europeo conoció elementos musulmanes que se transmitieron desde la península Ibérica. En el siglo XIII, la ruta jacobea se convertirá en una vía de recepción del arte gótico.

4. BAJA EDAD MEDIA

En los últimos siglos de la edad media la peregrinación a Compostela experimentó un cierto retroceso. La peste negra, las frecuentes guerras europeas, el Cisma que se produjo en el mundo cristiano en 1378, entre otros motivos, dañaron el pujante desarrollo de las peregrinaciones a Santiago.

5. EL SIGNIFICADO DE LA EXPRESIÓN: ULTREIA ET SUSEIA

Ultreia (del latín ultra -más allá- y eia -interjección para mover-) es un saludo entre peregrinos del Camino de Santiago. También sirve para animarse unos a otros en sus jornadas a pie (o en caballo o bicicleta) por los Caminos a Santiago. Viene a significar «Vamos más allá», «Vaya adelante», «Date prisa, sigue adelante» (hacia Santiago de Compostela).

Este saludo jacobeo se tomó del Codex Calixtinus. En él aparece la frase «Ultre ia Et Sus eia! Deus adjuva nos!» («¡Vamos más allá y vamos más arriba! ¡Dios ayúdanos!»).

Parece ser que antiguamente los peregrinos se saludaban diciendo «Ultreia, suseia, Santiago» («Ánimo, que más allá, más arriba, está Santiago»). También se ha sugerido que cuando un peregrino saludaba a otro diciéndole «Ultreia» («Vamos más allá») el otro le respondía con «Et suseia» («Y vamos más arriba»).